Hasselt. Sábado 21 de enero de 2012
Ayer después de una semana que terminó con lluvia y tormentas que no me dejaron dormir el jueves, cuando llegué al hotel caí como hoja de otoño en suelo húmedo.
Eso me llevó a despertarme a deshora y pasar media noche en vela. A eso de las tres caí otra vez en las sábanas y me fui de fiesta con la Reina.
¡Como lo oyen! Supongo que a modo de despedida, pero da igual. Algo así como una tarde-noche de fiesta. Con ella y mis amigos (Diego, Trejo...) acabando como un día -ya lejano- pasó.
Supongo que algo tuvo que ver la peli que vi en nuestra Tve Internacional: Cosas que hacen que la vida valga la pena; con canciones de Sabina incluidas.
Supongo que tuvo que ver leer maravillosas palabras en distintos blogs. El caso es que me he despertado a las 7:30 y me he ido a limpiar la furgo (por dentro) a Beringen (nuestra sede) y ahora, aunque me han mandado un sms los compis, estoy haciendo tiempo para que habran una tienda de deportes y comprarme unas zapatillas para correr...
En el curre hay novedades y muchas. Unos que se van, otros nuevos que vienen de España, belgas que contrata Obratel; pero a mi eso cada vez me afecta menos. Hay gente que se empeña en tocar los cojones y otros (pocos), nos dedicamos a trabajar y punto. Lo que tengo cada vez más claro es que cuando bajo de la furgoneta: ¡se acabó mi jornada de trabajo!. La habitación 51 sigue siendo el referente para hablar siempre las mismas chorradas, oír las mismas quejas... y yo, ¡paso!
Al principio me parecía mala educación, pero ahora con el tiempo, son ellos los que molestan. Así que, por favor; mi silla, mi ordenador, mi café con leche, mis cascos y ya podeís armar una fiesta, una guerra o ponerme a caer de un burro... Es mi habitación (compartida) y hago lo que quiero. El miercoles quería ir a ver el clásico, y lo hice, bebí mis cervecitas, me compré la camiseta del bar, hablamos con erasmus españolitas y ganó el Barça; todo como a mi me gusta... que vinieron 3 compis, como sino vienen, hice lo mismo y lo iba a hacer de todas maneras.
Yo tengo muchas taras, por que las tengo y muy gordas. Pero aquí, como en mi casa, sólo me afectan a mi y alguna princesita que se acerque. Los compañeros para el trabajo, los amigos en Valladolid y lo que venga... lo elijo yo (me refiero a personas).
Con esto no quiero decir que mis compis sean lo peor. Simplemente que no tengo nada, pero cero; en común con ellos. Y es algo que no me importa en absoluto, comparto algún momento majo con ellos después de bajar de la furgo y el resto... como ahora, viene sólo: estoy seguro.