Me siento vivo, pero menos.
¿Alcanzar la calma supone aburrimiento?
El conformismo acaba ganando la batalla
al Gandhi más troyano.
Eso lo tengo comprobado
no me preguntéis
que altero mi ritmo cardiaco.
La calma, la vida. ¿Son incompatibles?
Falla el veneno o la espina en el rosal,
falta el insulto y la celebración;
se esconden las vísceras… ¿detrás del ombligo?
Vivo, vivo, vivo…
¿Serán las piernas que no corren tanto?
¿Las carreras sin sentido?
yo creo que es eso… buscar y buscar.
La repetición de las respuestas, los encuentros,
la monotonía a pesar del esfuerzo…
Prefiero vivir relajado, aparece lo mismo.
La batalla no la he perdido.
Cejé en su empeño.
No es el camino.
16-oct-11