Son mañanas frías, congeladas,
con treinta grados a la sombra.
Mi alma se envenena
esperando que la bella durmiente
despierte en mi almohada.
Respiro hondo, cuando por fin,
a tus rubíes alcanza mi mirada,
sonrío, te beso y ardo.
Milagros así no se ven a menudo,
quizás sea por eso mi obsesión.
15-julio-2010
Uyyyyyyyyyyy, que lindo es el amor.
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