A la trastienda del ocaso
descienden los más valientes,
acaban los más humanos,
se esconden los lugartenientes,
es el fin de los hackers
mercenarios del millonario.
Ante la desinformación,
ante el horrible cataclismo
del signatario imprudente,
aparece la caracola infernal
del poder sobrenatural
que escondemos tras nuestra
huella dactilar.
Muy interesante. Un gusto seguirte. Te envío un cordial saludo deseándote un buen día.
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