Recito recetas de vida,
descubro el sendero
al que está ciego,
aún no encuentro la manera
de navegar mi océano.
Mi tierra la veo
mi corazón guía mis esfuerzos
las ventiscas, huracanes y truenos,
no ceja mi empeño;
pero hay tardes
en las que estoy sediento;
sed de sueños cumplidos,
sed de vida, sed de calmar
mis sentimientos
con la paz que rebosa
tu corazón sereno.
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