Una decisión fatídica me apartó
de tus brazos, de tus labios;
de esa piel, de la que me llevo un sabor
a sueño, a descanso, a paz;
después de recorrerla cada segundo
esta mañana que toco a su fin
cuando tus ojos parpadearon,
me miraron y me ataron a ti
tus brazos; y rendidos ante mi cordura
insospechada en mi a estas alturas,
me dejaron desaparecer del primer
sueño
juntos.

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Con la mañana desaparecen muchos sueños, sin embargo la decisión de llevar esa piel dentro es solo nuestra, con un solo cerrar de ojos podremos evocar lo que deseemos.
ResponderEliminarUn abrazo
Este poema te salio muy bonito ;P
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