lunes, 16 de mayo de 2011

invitado por un recluso


Invitado por un recluso

a su solitaria celda

escapé de su invitación

por unas décimas de fiebre,

en su lugar me quedé

viendo la tele-basura

por miedo a que alguien

conocido pudiera verme.



Todavía no entiendo

como puedo sobrevivir

con una sonrisa ridícula.



Todavía no entiendo

el porqué de mi renuncia

a llenar aquella tarde

de aquel pobre hombre

que a la mañana siguiente…

            murió de soledad.


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